Abracé la almohada, todavía tenía su perfume |
"Es un edipo no resuelto", me
dijo Agustín, mi amigo psicólogo y confidente con una cerveza de
por medio, cuando le pregunté por qué siempre me sentía traído
por mujeres mayores. después de una larga reseña sobre Freud y el
complejo finalizó: "Estás intentando reemplazar a tu madre. Si
querés te atiendo algunas sesiones y vemos de resolverlo".
- "No quiero resolverlo, lo
disfruto", le respondí. Quedó unos segundo en silencio.
- "Bueno, como quieras. Pero te
puede traer problemas si estás en parejas. Esto no termina con una
noche de sexo con alguna mujer casada. ¿Qué vas a hacer cuando
alguna te vuele la cabeza y te enamores? Tenés 20 años. ¿Te
imaginás con una "novia" de 40? ¿Que va a decir tu
familia? Además, tenés algunos rasgos de una persona adicta al
sexo. No termina acá"
- Por el momento estoy bien. Salgo con
una mujer, lo hacemos en un hotel y listo, a otra cosa.
- Como quieras, pero si se te complica
consultame. En serio -dejó su vaso- parece una pavada pero a la
larga puede traerte problemas
- Al fin un problema que disfruto - le
respondí al final
Ambos reímos con ganas y comenzamos a
charlar sobre nuestra próximas vacaciones con nuestro grupo de
amigo.
Era 20 de Febrero de 2004 y hacía unas semanas había tenido mi primera experiencia con una mujer mayor.
Técnicamente no era una "madura" o MILF, como las llaman,
pero la diferencia de edad era grande, unos 12 años. Ella tenía 32.
Por ese año vivía sólo en mi
departamento en el centro rosarino y permanentemente concurrían
amigas y amigos y que era uno de los pocos que contaba con una casa
propia.
Volviendo a la mujer, como decía,
tenía 32 años y yo tan sólo 20. Nos conocimos en un chat que esa
época estaba al tope de visitas: VíaRosario.
Unos días antes a la charla con
Agustín, había ingresado con mi nick en su honor "Agos_Rosario".
Siempre me gustó su nombre, pero con una leve modificación: la O
por la U. Era una noche calurosa, sin remera y con sólo un short, me
dispuse a charlar con los cybernautas, aunque el calor invitaba para
"algo más" que sólo charlar.
Busqué por la larga lista alguna
persona interesante e intenté comenzar a charlar con varias mujeres,
aunque raras veces contestaban. Por otra parte, y contrariamente a
esto, abundaban los "¿H o M?" que me llegaban confundiendo
Agos con AgostinA.
Pasaron alrededor de 2 horas, el sueño
me estaba ganando la batalla y eran cerca de las 1 de la mañana. me
disponía a abandonar mi intento pero ví un nick que me llamó la
atención: MaryCasada32 (el nombre era otro)
Ya resignado, le envié un tímido
"Hola". "Hola -me respondió- ¿Como estás?".
Nos presentamos mutuamente según el caso, aquí sólo nos
interesaba: Edad, Zona, estado civil e hijos. Tenía bastante sueño
ya que había sido un largo día en las playas rosarinas así que,
contrario a las buenas costumbres, apuré el trámite: "¿Qué
andas buscando?". Un poco directo, pero al instante respondió:
"Estoy sola, mi marido salió y estoy buscando hacer algo"
-Algo como que?
- jajaja sos chiquitoooo!!!
- No te entiendo, linda
- Que busco hacer algo ya
- Ah! Entiendo. Conmigo hacé lo que
quieras
- Tenés lugar? - Me preguntó
- Si, vivo solo
- Pasame la dirección y nos vemos. si
querés.
- Si, seguro. pero no te conozco. Tenes
foto?
- Si, pero no es más lindo sorpresa?
- No sé. Pasame una foto
- No, lindo. No quiero perder tiempo
que no tengo. Pasame tu celu
- Ok. 555-8765
- Ahí te llamo
Cuando sonó mi celular me corrió un
escalofrío por toda la espina dorsal. Atendí.
- Hola
- Hola Agos! Soy Mary. Ves que soy
mujer jaja Como estás? Que vas a hacer?
- Si querés venite, estoy solo. Pero
que querés hacer?
- Nada, charlar. me caiste re bien.
Pasame tu dirección
- Paraguay 999999
- Estamos cerca! En 20 estoy ahí.
Esperame abajo
Cuando corté caí en la cuenta que
podía ser una ladrona, una asesina serial, una psicópata o una
asesina. Los hombre nunca pensamos las consecuencias hasta que ya
está consumado el hecho. de todas maneras, no tuve mucho tiempo para
pensar. Bajé y me prendí un cigarrillo en la puerta de acceso al
edificio. No me bastó, prendí otro. La noche estaba hermosa:
Calurosa y rara. Esas noche que invitan a hacer lo prohibido por las
calles, esas noche que puedes llamar a tu mejor amiga y proponerle
acostarse juntos, noche en que las fantasías vuelas estimuladas por
el calor y la poca ropa.
El taxi que paró frente a mi me
devolvió a la realidad. Estaba pagando, pero no distinguía su
rostro. Una eternidad. Finalmente bajó.
"Todo en su lugar. Espero que no
sea una asesina ni una psicópata", pensé.
- Agos? Como estas?
- Eehh! Como andas
Y nos saludamos, fingiendo conocernos
para el taxista no sospechara. Como si al taxista le importara o si
sabría quienes éramos. El calor, lo prohibido y los nervios te
llevan a eso.
- Pasá, pasá - la invité y subimos a
mi dpto.
No recuerdo que hablamos en el
ascensor. Sólo tengo la imágen. Por tener 32 años, estaba muy
bien, pensaba en ese entonces. Ahora que estoy cerca de esa edad me
doy cuenta que era muy muy joven pero quiero que esta historia quede
inmortalizada en su homenaje, la mujer que me abrió las puertas.
Su rostro era hermoso, ojos marrones,
boca amplia y pelo lacio castaño oscuro. No era delgada, tenía unos
kilitos demás, pero eso le agregaba belleza. Llevaba un vestido
negro con un escote redondo. Sus pechos eras medianos, pero
turgentes. Su piel estaba tostada por el sol. Recién al otro día
pude verle la cola debajo de su vestido, en este momento intenté no
mirar para extremar los cuidados y que no se ofenda ya que no sabía
que íbamos a hacer.
No sé si llegamos a cruzar dos
oraciones en mi departamento, apenas ingresamos se dio vuelta y me
besó, fue un largo beso que me excitó por lo inesperado, por ver
cumplido mi anhelo e tener sexo esa noche y por su edad.
Lo más fácil fue sacarle el vestido,
de una sola pieza. Comencé a besarle sus hombros, su cuello y su
boca. No sé si era el calor de enero pero su piel ardía como el
mismísimo infierno. Estaba muy excitado, sobre todo por encontrarme
a minutos de tener sexo con una persona a la que, prácticamente, no
conocía.
Bajó sus manos hasta mi entrepierna y
apretó muy fuerte. Sólo escuche un "Aaahhh, pendejo" que
me susurró en mi oído.
- Vamos a mi pieza - le dije
- No, no. Si todavía no vamos a hacer
nada, pendejo. Quiero conocerte primero
Me tomó de mi cabeza y me forzó a
lamerle sus senos. Varias veces había hecho esto mismo a algunas
mujeres a las que, así, le indicaba que quería sexo oral. No sabía
lo que se sentía. era perturbadoramente placentero. Sus senos
parecía más grandes sin su corpiño, al que nunca ví ni quité.
Eran redondos y hermosas. Duros.durante días creí que no había
llevado corpiño, hasta que me día cuenta de los contrario.
Si para mí fue fácil quitarle el
vestido, para ella lo fue más quitarme mi bermuda y arrodillarse. Me
besó profundamente, su lengua era hierro candente.
Abrazado, besándonos, no fuimos a mi
cama. La verdad. Mucho no resistimos sin llegar los dos a un gran
orgasmo. No seguimos besando durante minutos hasta que el calor
insoportable nos obligo a abrir la ventana y el post-sexo salvaje
ocasional nos obligó a encendernos un cigarrillo.
¿Por qué será que charlamos más
luego de tener sexo? Seguramente, ya hemos quitado, al menos por unos
minutos, la barrera del deseo irracional y se puede hablar más
francamente, He conocido gente que ha llegado a proponer matrimonio
antes de tener sexo y, una vez cometido el acto, se arrepintió al
instante.
- Así que sos casada...
- Si - Pitó largamente su cigarrillo
- Entonces?
- Nada. Mi marido hace meses que no me
toca. Debe tener otra. Ahora, debe estar con otra. Según él, está
comiendo con amigos
- Que problema
- Ajá. Pero igual, me encantó estar
con vos. Al principio quise estar con vos por despechada. Ni te
conocía. Pero me gustás. Sos lindo, dulce, me encantó como me lo
hiciste.
- No mientas, che. Fue rápido.
- Si, pero a mi me pasó lo mismo.
Estábamos muy excitado. La situación ayudó mucho. no nos
conocíamos. El calor de enero es mágico
Los dos nos reimos durante un largo rat
- Yo estaba pensando lo mismo.
- Más allá de eso. Me encantó estar
con vos, pero viste como es esto. Por ahí no nos volvemos a ver más.
no nos tendríamos que volver a ver más.
- Por?
- Me olvido que tenes 20 años. Tenés
novia?
- No
- Bueno, yo estoy casada. No quiero
engañar a mi marido todos los días y, menos, tener un amante fijo
porque trae muchos problemas. No nos vamos a volver a ver.
Nunca había esperado verla todos los
días, pero en ese momento se me vino el mundo abajo. Me hubiera
gustado seguir viéndola en lugares prohibidos, a escondidas de su
marido, con la carga sexual que todo eso trae.
- Bueno - Dije
- Te lo tendría que haber dicho antes
- No, esta bien. como dijiste vos: Ni
nos conocemos. Ni siquiera te llamás Mary. ¿No?
- No. Vos tampoco te llamás Agos
- No
Nos reímos los dos, perdonándonos
porque ambos habíamos mentido, lo sabíamos y no nos importaba. Nos
paramos y nos apoyamos en la ventana (vivía en un 9no piso). Miramos
abajo.
- Que vértigo - me dijo
- Te acostumbrás. Esta lindo acá
arriba. No hace tanto calor y el vientito es hermosa.
- Si - y cerró sus ojos para disfrutar
la brisa.
La tome de su cintura y la besé. Sabía
que era nuestra primera y última noche. Recorrí su espalda. Sentí
su olor a mujer para recordarlo. Navegué por su nalgas, su
entrepierna, sus piernas. y Volví a empezar desde su boca. Volvimos
a la cama y de apoco la temperatura volvió a subir pero ya no
estábamos ciegos de deseo. Nos mirábamos a los ojos como intentando
grabar el rostro del otropara recordarlo, conscientes de que no nos
volveríamos a ver. Ella volvería su vida de casada, yo a la mía de
soltero. pero siempre nos recordaríamos.
No nos dijimos nada más. Nos
despedimos en la puerta del edificio. Tomó su taxi y se perdió por
Avenida Pellegrini. Creía que no volvería a verla.
Volví y me acosté, abracé la
almohada y todavía tenía su perfume. La abracé y traté de
retenerlo. Así me dormí, pensando en ella.
Hoy, me decido a dejar plasmado todas
estas historias (que son varias) para que quien quiera las lea. Has
pasado diez años y estoy ingresando a una nueva etapa de mi vida.
Para cerrarla necesito escribir y contar todas las historias ya que
no puedo hacerlo con mis allegado debido a mi actual estado civil.
Esta son mis historias, aventura, encuentros con mujeres mayores.
Quien quiera leerlas, que las lea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario